jueves, 27 de junio de 2013

Como un gato

No importa cuánto golpees soy ágil y esquivo tus palabras, no importa si muero poco a poco mis siete vidas para ti sobran todas no me harán falta. No importa si me deslizo en las sombras, yo siempre caigo de pie; el agua (tu saliva) me da repelús no la puedo soportar, aleja tu cara de la mía o te voy a bufar.
Me cambian los ojos según la luz no se hacen de rogar, la luna me hace maullar, soy tu mejor amiga en la oscuridad.
Firmado: Lindo gatito que se hace de notar

miércoles, 19 de junio de 2013

Cuando disparo la flecha

Coloco un pie al lado del otro. Me pongo de perfil y alzo la mano ligera hasta tocar el extremo de una flecha. La saco deslizándola por el carcaj. Las demás flechas tintinean en su interior. Encajo la flecha perfectamente entre la cuerda y el palo del arco.
Mi respiración es pausada y profunda en comparación de la de mi enemigo.
Calculo la fuerza y la inclinación, guiño un ojo, intento juntar mis homoplatos, mis manos no tiemblan pero mi mente flaquea: "¿Y si...?" Me muerdo el labio y sujeto con más decisión la flecha. Mantengo el arco quieto y la suelto.
La flecha surca el cielo, el aire la roza intentando frenarla pero ella es fuerte y no se parará.
Oigo que la respiración del otro se agita en un desesperado intento de huir y yo contengo el aliento. Quiero cerrar los ojos pero necesito ver si he fallado el tiro. El pelo me revolotea por el rostro y la capucha me lo oculta. La flecha se suspende un momento en el aire, parece que el tiempo se ha parado ante su cara de horror aunque sé que no es cierto y al momento siguiente impacta en su pecho. Es impulsado hacia atrás y mi cara se mantiene fría como el granito mientras la suya se desencaja y una lágrima se desliza por su mejilla. Era mi enemigo, pero también un hombre con una vida y, lo más seguro, una familia a quien querer y alimentar. Su pecho se tiñe de rojo. No he fallado el tiro, ha sido directo al corazón, no he dejado que sufra. Una muerte rápida entre tanto carmín.
Me giro y mi capa ondea detrás de mí. No dejo que mis sentimientos salgan a la luz, ni siquiera recogo la flecha que se queda olvidada en el cuerpo inerte, sin vida. En ese momento, no me procupo de si me pueden reconocer por ella. Las nauseas sacuden mi cuerpo y la vilis sube por mi garganta. Solo quiero huir de esa escena que no se asemeja nada a la cacería de animales con la que practicaba antaño.
De repente, una gota cae sobre mi nariz y desencadena una llovizna que borra mis huellas. Voy donde está mi caballo, lo cojo de las riendas y caminamos el uno al lado del otro, empapándonos cada vez más. De vez en cuando sentía un ligero cabezazo de su parte en el hombro. Y es que él era el único que notaba que aquella agua en mis mejillas no era agua de lluvia...

martes, 18 de junio de 2013

Todos moriran

Os mataremos a todos
todos morirán
ni una puta alma
logrará escapar.
Los mataremos a todos
en esta noche oscura,
morirán los cuerpos
y las almas impuras.
Morid, morid no temáis
morid, morid no vale suplicar
morid, morid temer que seáis
el siguiente al que voy a matar.