sábado, 4 de enero de 2014

Silan

-Mamá, no quiero chupar sangre. Tengo miedo.
-Tranquilo que no te va a pasar nada amor, mi pequeño...
-¿Y si vuelvo a descontrolarme?
-Come. No volveré a repetírtelo.
Silan lame el cuello de la chica antes de clavarle los dientes en la piel. Ella lanza un pequeño grito y gruesas lágrimas caen por sus mejillas pálidas.
-¿Por qué tú eres humana y papá un vampiro?
-No hables mientras comes.
Lanza un suspiro y sale de la habitación. Silan vuelve a hincar los colmillos en la chica, la cual se va relajando en sus brazos.
Cuando siente que ya no tiene apetito se levanta para llamar a su madre cansado de tener que alimentarse de aquella pequeña y sintiendo un deseo en lo más profundo de su ser. Antes de poder abrir la puerta oye unas voces que pasan del susurro al grito.
-Tú fuiste quien dijo que un embarazo era imposible. ¡Yo nunca quise tenerlo!
Era la voz de su madre. Silan miró por un hueco entre la puerta y el marco como su padre agarraba del cuello a la mujer. Estuvo a punto de abrir la puerta para defenderla cuando oyó algo que le paralizó por completo.
-Si Silan no te adorase te mataría.
-Hace mucho que dejé de amarte. Silan es una abominación y ahora que muestra los síntomas de vampiro blanco debemos eliminarlo.
El pequeño vampiro abrió mucho los ojos y pequeñas lágrimas surcaron sus ojos rojos. Deseaba con todo su corazón que su madre negara las palabras que con tanto odio habían salido de su boca. Pero ella nunca lo negó.
-¡Es tu hijo!
-Ojalá nunca hubiera nacido.
Esas palabras se grabaron con fuego en su mente. Se alejó de la puerta y llegó donde estaba la chica. Ha recuperado el color en las mejillas y le mira con terror.
-¿Quiere más, amo?- Dice con una voz muy tenue.
-¿Te parezco abominable?
-Claro que no, amo- siente el temor en su mirada.
Silan agarra por el hombro a la chica y la besa en la boca apasionadamente. Al separarse, ella lo mira de una forma que nunca había visto. Tenía los ojos llenos de deseo y los labios hinchados.
-Eres mi chica preferida pero no quiero que sigas aquí por obligación. Te daré un hogar y dinero para que puedas vivir en paz.
Pero ella se inclinó y lo volvió a besar tímidamente.
-Sé que este es mi lugar mi am... Silan.
El chico sonríe y la acompaña a sus nuevos aposentos junto a los suyos.
-No puedo aceptar esto. Yo me quedo porque quiero no para que me trates mejor que a los demás.
-Mia, yo te quiero.- Sonríe y se aleja por el pasillo- Pero no sé si dentro de poco huirás de mí.
(...)
Silan se acercó a su madre quien se encontraba bordando en una silla en su habitación.
-Vete, no estoy de humor para ti.
-Adiós, madre.
Ella le miró horrorizada como sus colmillos se agrandaban, sus manos se hacían garras y le crecían unas alas huesudas en la espalda.
-Silan, ¿por qué?
-Lo he oído.
-Eso no eran más que mentiras, cariño. Yo te quiero. Sin mí no tendrás cariño.
-Ahora tengo a Mia.
-Esa puta solo quiere tu fortuna y la eternidad. ¡Abre los ojos! ¡Cuando sepa en el monstruo que te transformas se irá!
Consciente de sus últimas palabras, la mujer se tapa la boca y se le saltan las lágrimas. Entonces, Silan se abalanza sobre ella despedazándola y arrancando sus miembros. Toda la habitación se llena de piel, vísceras y sangre. Silan no podía parar de destrozar a su madre mientras ella gritaba pidiendo clemencia. En un momento dado, se deja de escuchar gritos. Estaba muerta.
-Supongo que no se podía remediar, un humano no puede perder tanta sangre ni regenerarse.
Silan vuelve a su estado normal y se sienta en la cama mirándose las manos.
-¿Qué he hecho?
-¿Te arrepientes?- Su padre se sienta a su lado.
El chico reflexiona un instante y sacude la cabeza.
-¿Por qué no la convertiste en vampira?
-Ella nunca quiso esto.
-¿Cómo sabes si amas a alguien y quieres estar toda la eternidad con esa persona?
-No se puede saber con certeza. Supongo que es cuando no te importa los defectos de la otra persona...
De repente, la puerta se abre y Mia entra en la habitación. Abre mucho los ojos ante la escena y Silan la mira con culpabilidad y humillación. Entonces hizo algo que nadie esperaba. No salió corriendo, ni le miró como si fuese un monstruo, ni siquiera le gritó. Mia se acercó a Silan y lo abrazó fuertemente contra su pecho.
-Tranquilo. Has hecho lo mejor.
El padre de Silan sonríe y los deja solos. Al parecer su hijo ha encontrado lo que él nunca tuvo.
-Soy un monstruo Mia. No quiero hacerte daño.
-Hazme tu vampira, Silan. Deseo compartir mi eternidad contigo.
-Pero...
-Seré fuerte. Te ayudaré con la maldición.
-Te va a doler transformarte.
-No importa. Te quiero.
Y se besan embueltos en lágrimas.

Un cuento de tantos

Antes decir que este poema tan grande fue hecho en una colaboración entre "Poeta caído" y yo misma. os dejaré un enlace donde podréis ver sus otros poemas debajo de este. Espero que os guste ya que a nosotros nos ha gustado mucho hacer esta colaboración y pensamos hacer más en un futuro. Las partes donde el escribe estarán en rojo mientras que las mías estarán en blanco. Disfruten.
Cuéntame el cuento,
el cuento del entendimiento,
1,2 y al 3 no hay más sufrimiento.
Tras los oscuros,
florecen los claros,
no hace falta, ya no lo aclaro.
La pluma escribe,
la tinta me describe,
el cuento de no acabar
es mi principio, mi final.
Es el ciclo del mal.
El mal no se describe,
el bien se aplica,
todo estalla, 
nada me llega,
un final...
es una fiesta.
La vida son dos días,
la muerte es la sequía,
y esos ojos llorosos,
descarrilan mi alegría.
¿Qué es esto?
Solo una puta mentira
que creen las crías
diciendo: Nunca acabará.
De esos días
uno llueve 
y el otro es esa alegría,
alegría a las gilipolleces,
aquello que haces,
queda escrito,
recibido queda,
cambio y corto...
Abre las puertas,
cierra candados,
y la alegría vendrá
por donde no hayas cerrado.
Planta esperanza,
Despeja los cielos
y yo lograré parar
el aumento de tus miedos.
Susurros de fantasía,
alegran el día a día,
almas de cuento,
princesa en sueño,
de su descanso,
nadie es dueño.
Cuenta la leyenda:
¿Hay caballero que la defienda?
¿Qué destiña?
Déjala dormir como una niña,
quédate en tu casa mejor,
caballero mil color, no queremos
ni tu olor... estafador...
Y la niña se escapó,
esta es mi noche: decía.
La pequeña buscó el amor,
en el jardín de la alegría.
Sonriente halló una rosa,
que brillante florecía,
y la rosa se marchitó,
cuando la niña reía.
Vio pasar su juventud,
¡A lo lejos amanecía!
el joven caballero se fue,
recordándole...
que la vida son dos días.
Final de finales
entero de medievales.
Dragones, princesas,
almas fantasmales,
erase una vez un cuento,
el cuento del entendimiento,
1,2 y al 3 no hay más sufrimiento,
tras los oscuros
florecieron los claros.
No hace falta, ya ni lo aclaro...
Colorín colorado
otro cuento sin final...
Ha empezado.


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