El instituto
es un lugar donde nos formamos como estudiantes y como personas. Cuando un
alumno nuevo llega a tu clase tienes tres opciones: integrarlo, ignorarlo o
rechazarlo. A su vez, esa persona puede integrarse, apartarse o enemistarse. La
primera opción suele ser la adecuada, una persona se siente a gusto en un sitio
nuevo y las demás conocen a alguien el cual les puede transmitir nuevas cosas.
Por otra parte, la segunda opción no tiene por qué ser negativa si las dos
partes están de acuerdo. Pero ¿qué pasaría si toman la tercera opción? O lo que
es peor, ¿qué pasaría si el chico nuevo solo quiere estar tranquilo y los demás
buscan pelea? Entonces surge el concepto llamado bullying.
No digo que
al principio los causantes no tengan culpa aunque tampoco diré que sean
conscientes plenamente de todo el daño que causar. Puede empezar como un juego,
una broma debe gustar a los dos pero en este caso solo es divertido para uno de
ellos. Por otra parte, a veces es solo que uno de los que son populares siente
que su poder mengua por la presencia de ese nuevo inquilino. Esta imagen de
poder suele ser compartida por otros “seguidores” del cabecilla. Hablan de
honor y llenan su boca de palabras que en otros contextos son nobles y que en
este, suelen ser palabras de niño que habla como sus mayores, o lo que es lo
mismo, hablar sin saber el significado de lo que dices.
¿Pero qué es
el bullying? Cuando oímos esa palabra la primera imagen que se nos viene a la
cabeza es a una pandilla de chicos pegando a la salida a otro compañero, pero
eso es solo la parte externa, lo que se ve desde fuera. En verdad, las burlas;
los insultos, etc. El daño psicológico es mucho peor ya que no se puede curar
con agua oxigenada y betadine. Niños amenazados que dejan de estudiar o se
cambian de instituto, depresiones, llantos… Podemos parar esto, de verdad.
Mira a tu
alrededor un segundo y memoriza cada rostro. Intenta pensar si son felices o
sufren abuso, incluso puede que en algún momento le hayas causado bullying. No
hace falta que hagas mucho, solo si ves a una persona llorando escúchala y pide
ayuda, no tenemos por qué aceptar esto ni por qué hacerlo posible. Esas
personas son como tú y pueden tener tus mismos sentimientos aunque te cueste
creerlo.
Únete a mi
crítica contra el bullying y hagamos que todos podamos convivir en paz. Y si
eres una víctima pide ayuda aunque los primeros no te hagan caso sigue
insistiendo porque tu deber es pedir ayuda y tu derecho es ser feliz.
ALICIA